En Estados Unidos, el temor a la deportación mantiene invisibilizados a más de un millón de trabajadores indocumentados. Y sin embargo, en Filadelfia, esta cocinera mexicana aprovecha el éxito de su restaurante South Philly Barbacoa (entre las mejores aperturas de 2016, según Bon Appètit) para darle voz a la polémica lucha de quienes trabajan sin papeles en tiempos de Donald Trump. Ha liderado la iniciativa #Right2Work, con la que promueve la conversación pública sobre las condiciones de este colectivo en la industria restaurantera, y genera espacios de encuentro para intercambiar información y apoyo entre quienes más lo necesitan. El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, le entregó el Nationalities Service Award por su lucha por los derechos de los inmigrantes y por su contribución a hacer de la ciudad un destino gastronómico. Su labor influyó también para una resolución del Consejo local que reconoce que el trabajo es un derecho humano independientemente del estatuto migratorio.
“Cuando empecé a estar en la radio, en la televisión, me di cuenta de que mi voz podía ser la voz de mi comunidad. Los inmigrantes son escondidos, son explotados, este es el sistema que trato de que la gente vea. No me importaba lo que fuera a pasar, yo iba a decir la verdad”.