Con Silo, el primer restaurante zero waste del mundo, McMaster ha sido pionero de una visión que hoy se esparce internacionalmente, normalizando prácticas contracorriente y un modelo culinario “preindustrial” que inspira a jóvenes cocineros del mundo entero, en el que nada sobra: todo se transforma. Sustituye el concepto de recycle por el de upcycle, por el cual el material usado se transforma de forma creativa dando lugar a un objeto de calidad igual o superior al original. Este chef demuestra que los residuos solo existen porque no se sabe qué hacer con ellos y que la cocina puede ayudar a cambiar patrones de consumo en favor de la sostenibilidad entendida no como consigna, sino como realidad.
“Los desperdicios existen solo porque no sabemos qué hacer con ellos. No les hemos aplicado suficiente poder creativo, son un fracaso de nuestra imaginación”.