En Sudáfrica, la chef holandesa lidera Isobelo, una iniciativa que comenzó con un pequeño gesto, repartiendo muffins los viernes a los chicos desfavorecidos de una escuela cercana a su restaurante The Tasting Room, en Franschhoek. En el tiempo, ha logrado producir 1.300 comidas diarias, garantizando alimentos para unos 100 estudiantes de tres escuelas primarias distintas, durante cinco días a la semana.
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